Salmos 139 [1]
[2]
[3]
[4]
[5]
[6]
[7]
[8]
[9]
[10]
[11]
[12]
[13]
[14]
[15]
[16]
[17]
[18]
[19]
[20]
[21]
[22]
[23]
[24]
[25]
[26]
[27]
[28]
[29]
[30]
[31]
[32]
[33]
[34]
[35]
[36]
[37]
[38]
[39]
[40]
[41]
[42]
[43]
[44]
[45]
[46]
[47]
[48]
[49]
[50]
[51]
[52]
[53]
[54]
[55]
[56]
[57]
[58]
[59]
[60]
[61]
[62]
[63]
[64]
[65]
[66]
[67]
[68]
[69]
[70]
[71]
[72]
[73]
[74]
[75]
[76]
[77]
[78]
[79]
[80]
[81]
[82]
[83]
[84]
[85]
[86]
[87]
[88]
[89]
[90]
[91]
[92]
[93]
[94]
[95]
[96]
[97]
[98]
[99]
[100]
[101]
[102]
[103]
[104]
[105]
[106]
[107]
[108]
[109]
[110]
[111]
[112]
[113]
[114]
[115]
[116]
[117]
[118]
[119]
[120]
[121]
[122]
[123]
[124]
[125]
[126]
[127]
[128]
[129]
[130]
[131]
[132]
[133]
[134]
[135]
[136]
[137]
[138]
[139]
[140]
[141]
[142]
[143]
[144]
[145]
[146]
[147]
[148]
[149]
[150]
SAL 139:1 OH Jehová, tú me has examinado y conocido.
SAL 139:2 Tú has conocido mi sentarme y mi levantarme, Has entendido desde lejos mis pensamientos.
SAL 139:3 Mi senda y mi acostarme has rodeado, Y estás impuesto en todos mis caminos.
SAL 139:4 Pues aun no está la palabra en mi lengua, Y he aquí, oh Jehová, tú la sabes toda.
SAL 139:5 Detrás y delante me guarneciste, Y sobre mí pusiste tu mano.
SAL 139:6 Más maravillosa es la ciencia que mi capacidad; Alta es, no puedo comprenderla.
SAL 139:7 ¿Adónde me iré de tu espíritu? ¿Y adónde huiré de tu presencia?
SAL 139:8 Si subiere á los cielos, allí estás tú: Y si en abismo hiciere mi estrado, he aquí allí tú estás.
SAL 139:9 Si tomare las alas del alba, Y habitare en el extremo de la mar,
SAL 139:10 Aun allí me guiará tu mano, Y me asirá tu diestra.
SAL 139:11 Si dijere: Ciertamente las tinieblas me encubrirán; Aun la noche resplandecerá tocante á mí.
SAL 139:12 Aun las tinieblas no encubren de ti, Y la noche resplandece como el día: Lo mismo te son las tinieblas que la luz.
SAL 139:13 Porque tú poseiste mis riñones; Cubrísteme en el vientre de mi madre.
SAL 139:14 Te alabaré; porque formidables, maravillosas son tus obras: Estoy maravillado, Y mi alma lo conoce mucho.
SAL 139:15 No fué encubierto de ti mi cuerpo, Bien que en oculto fuí formado, Y compaginado en lo más bajo de la tierra.
SAL 139:16 Mi embrión vieron tus ojos, Y en tu libro estaban escritas todas aquellas cosas Que fueron luego formadas, Sin faltar una de ellas.
SAL 139:17 Así que ¡cuán preciosos me son, oh Dios, tus pensamientos! ¡Cuán multiplicadas son sus cuentas!
SAL 139:18 Si los cuento, multiplícanse más que la arena: Despierto, y aun estoy contigo.
SAL 139:19 De cierto, oh Dios, matarás al impío; Apartaos pues de mí, hombres sanguinarios.
SAL 139:20 Porque blasfemias dicen ellos contra ti: Tus enemigos toman en vano tu nombre
SAL 139:21 ¿No tengo en odio, oh Jehová, á los que te aborrecen, Y me conmuevo contra tus enemigos?
SAL 139:22 Aborrézcolos con perfecto odio; Téngolos por enemigos.
SAL 139:23 Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón: Pruébame y reconoce mis pensamientos:
SAL 139:24 Y ve si hay en mí camino de perversidad, Y guíame en el camino eterno.