Salmos 38 [1]
[2]
[3]
[4]
[5]
[6]
[7]
[8]
[9]
[10]
[11]
[12]
[13]
[14]
[15]
[16]
[17]
[18]
[19]
[20]
[21]
[22]
[23]
[24]
[25]
[26]
[27]
[28]
[29]
[30]
[31]
[32]
[33]
[34]
[35]
[36]
[37]
[38]
[39]
[40]
[41]
[42]
[43]
[44]
[45]
[46]
[47]
[48]
[49]
[50]
[51]
[52]
[53]
[54]
[55]
[56]
[57]
[58]
[59]
[60]
[61]
[62]
[63]
[64]
[65]
[66]
[67]
[68]
[69]
[70]
[71]
[72]
[73]
[74]
[75]
[76]
[77]
[78]
[79]
[80]
[81]
[82]
[83]
[84]
[85]
[86]
[87]
[88]
[89]
[90]
[91]
[92]
[93]
[94]
[95]
[96]
[97]
[98]
[99]
[100]
[101]
[102]
[103]
[104]
[105]
[106]
[107]
[108]
[109]
[110]
[111]
[112]
[113]
[114]
[115]
[116]
[117]
[118]
[119]
[120]
[121]
[122]
[123]
[124]
[125]
[126]
[127]
[128]
[129]
[130]
[131]
[132]
[133]
[134]
[135]
[136]
[137]
[138]
[139]
[140]
[141]
[142]
[143]
[144]
[145]
[146]
[147]
[148]
[149]
[150]
SAL 38:1 JEHOVÁ, no me reprendas en tu furor, Ni me castigues en tu ira.
SAL 38:2 Porque tus saetas descendieron á mí, Y sobre mí ha caído tu mano.
SAL 38:3 No hay sanidad en mi carne á causa de tu ira; Ni hay paz en mis huesos á causa de mi pecado.
SAL 38:4 Porque mis iniquidades han pasado mi cabeza: Como carga pesada se han agravado sobre mí.
SAL 38:5 Pudriéronse, corrompiéronse mis llagas, A causa de mi locura.
SAL 38:6 Estoy encorvado, estoy humillado en gran manera, Ando enlutado todo el día.
SAL 38:7 Porque mis lomos están llenos de irritación, Y no hay sanidad en mi carne.
SAL 38:8 Estoy debilitado y molido en gran manera; Bramo á causa de la conmoción de mi corazón.
SAL 38:9 Señor, delante de ti están todos mis deseos; Y mi suspiro no te es oculto.
SAL 38:10 Mi corazón está acongojado, hame dejado mi vigor; Y aun la misma luz de mis ojos no está conmigo.
SAL 38:11 Mis amigos y mis compañeros se quitaron de delante de mi plaga; Y mis cercanos se pusieron lejos.
SAL 38:12 Y los que buscaban mi alma armaron lazos; Y los que procuraban mi mal hablaban iniquidades, Y meditaban fraudes todo el día.
SAL 38:13 Mas yo, como si fuera sordo no oía; Y estaba como un mudo, que no abre su boca.
SAL 38:14 Fuí pues como un hombre que no oye, Y que en su boca no tiene reprensiones.
SAL 38:15 Porque á ti, oh Jehová, esperé yo: Tú responderás, Jehová Dios mío.
SAL 38:16 Porque dije: Que no se alegren de mí: Cuando mi pie resbalaba, sobre mí se engrandecían.
SAL 38:17 Empero yo estoy á pique de claudicar, Y mi dolor está delante de mí continuamente.
SAL 38:18 Por tanto denunciaré mi maldad; Congojaréme por mi pecado.
SAL 38:19 Porque mis enemigos están vivos y fuertes: Y hanse aumentado los que me aborrecen sin causa:
SAL 38:20 Y pagando mal por bien Me son contrarios, por seguir yo lo bueno.
SAL 38:21 No me desampares, oh Jehová: Dios mío, no te alejes de mí.
SAL 38:22 Apresúrate á ayudarme, Oh Señor, mi salud.